Tal vez hemos venido a ganar el amor
para después perderlo todo,
pero desde que huir significa ir a buscarte,
pienso menos en la pérdida
y más en las estrellas.
No necesito tinta para dibujar
un reguero de versos en tu espalda.
Quiero enzarzarme a besos con tu clavícula
y colgarme de tus hombros
cuando me pese la pluma y el pincel.
No sabes que de mis heridas brotan lagos
y que desde que me acaricias los miedos
la tristeza ha desertado
y te reserva un oasis de pena
para cuando tus lágrimas
necesiten un tintero
y no quieran nacer en soledad.
Sé que con la misma rapidez con la que llegas
y dejas tus maletas en mi puerta,
puedes empaquetar el paraíso
y volar,
que el nirvana se nos queda pequeño
desde que somos lo más parecido a un cielo
y que no te interesan mis alas
si no soy capaz de bajar a las cloacas
para encontrarme contigo.
Sé que el amor todo lo ocupa
pero no siempre lo llena
y también que si las caricias deshojasen,
perdería cada pétalo por ti
y seguiría rebosante de vida.